miércoles, 4 de marzo de 2009

La Voz: Capítulo I. Para Esta Semana


LA VOZ: SU EDUCACIÓN Y USO CORRECTO
ELENA G. DE WHITE
INTRODUCCIÓN
La educación formal de Ellen G. White terminó cuando ella tenía solamente nueve años de edad, de manera que nunca tuvo el privilegio de estudiar bajo tutela de profesionales del arte de hablar o de voz de sus días. No obstante instruida por el Señor, llego a ser una de las más destacadas predicadoras norteamericanas. Durante más de 70 años, y muchos antes que existieran los micrófonos y los sistemas de amplificación, ella hablaba ante grandes concurrencias de hasta 20,000 personas.


Siempre lista para hablar, especialmente sobre el tema de la temperancia, declaró: "Cuando se me pide que hable sobre la temperancia, nunca vacilo en hacerlo" (MS 31, 1911). En cierta ocasión tuvo que presentar 8 una charla de 90 minutos, sobre la temperancia, ante 5.000 personas, en Battle Creek, Michigan. Habló en el ayuntamiento de Haverhill, Massachusetts; en una cárcel en Salem, Oregon; en una plataforma improvisada formada por mesas, en un bar de Noruega; y en reuniones al aire libre, en iglesias, salones, y carpas, en tres continentes. Constantemente se demandaba su presencia en congresos campestres de la Iglesia Adventista. Fue una poderosa evangelista. En el Apéndice encontrará algunas reacciones de su audiencia.


Si sus libros no existieran, sin duda Ellen G. White sería recordada hoy por su ministerio público. Pero ella hizo más que predicar: fue una escritora prolífica. Actualmente unos 70 libros llevan su firma. Casi todos sus libros se han vendido por decenas de miles, y algunos, hasta por millones de ejemplares. La presente obra se une a esta larga lista de éxitos de librería. Será bienvenida por ministros, predicadores, músicos y todos aquellos que se preocupan especialmente por el uso de la voz.


Los consejos publicados aquí son dados por Dios, son absolutamente dignos de confianza. Publicamos este libro con la oración de que sea una bendición, para los que tratan de mejorar el talento de la voz para la gloria de Dios, y beneficio de la humanidad.


SECCIÓN I UN DON DE DIOS


Capítulo 1 UN TALENTO CELESTIAL


Una bendición suprema para el bien.


La facultad del habla es un talento que debiera ser diligentemente cultivado. De todos los dones que hemos recibido de Dios ninguno puede ser una bendición mayor que éste. Con la voz convencemos y persuadimos; con ella oramos y alabamos a Dios, y con ella hablamos a otros del amor del Redentor. Cuán importante es, entonces que se eduque de tal manera que sea lo más eficaz posible para el bien (PVGM 270 ed. PP, 234 ed. ACES).

La voz y el habla son dones divinos.

La voz y la lengua son dones de Dios, y si se las usa correctamente son un poder para Dios. Las palabras significan muchísimo. 18 Pueden expresar amor, consagración, alabanza, melodía para Dios, u odio y venganza. Las palabras revelan los sentimientos del corazón; pueden ser un sabor de vida para vida, o de muerte para muerte. La lengua es un mundo de bendición, o un mundo de iniquidad (3CBA 1177).


Un poder en la comunicación del conocimiento.


Es posible que tengamos conocimientos pero a menos que sepamos cómo usar la voz correctamente, nuestra obra será un fracaso. A menos que podamos vestir nuestras ideas con el lenguaje apropiado, ¿de qué nos servirá nuestra educación? Nuestro conocimiento nos servirá de poco, a menos que cultivemos el talento del habla; pero éste poder maravilloso cuando se combina con la habilidad de hablar palabras inteligentes, útiles, expresadas de tal manera que llamen la atención (6T 380).


Inpresiones mediante sentimientos y expresiones profundas.


Por grande que sea el conocimiento del hombre, de nada le vale a menos que sea capaz de comunicarlo a otros. Que la expresión de su voz, su profundo sentimiento, impresione los corazones (7T 268).

Es un cometido sagrado.

El don del habla es un talento valioso. Nunca desprecie ni rebaje este don. Agradézcale a Dios por habérselo confiado. Es un don precioso, que debe ser santificado, elevado y ennoblecido. 19 La voz debe usarse para honrar a Dios, como un cometido sagrado. Nunca deben pronunciarse palabras duras, impuras o de crítica. El evangelio de Cristo debe ser proclamado por medio de la voz.


Con el talento del habla hemos de comunicar la verdad siempre que tengamos oportunidad. Siempre debiera usarse en el servicio de Dios; pero se abusa lastimosamente de ese talento. Se hablan palabras que hacen mucho daño. Cristo declaro que "... en el día del juicio, los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" (Mat. 12: 36, 37) (Ms 21, 1899).


El poder del Espíritu Santo en la educación de la voz.


Animemos a todos a usar un lenguaje sencillo, puro y elevado. El habla, la pronunciación y la voz, cultive estos talentos, no bajo la dirección de algún famoso instructor mundano, sino bajo el poder del Santo Espíritu de Dios (Carta 83, 1898).



Valor, alegría y esperanza.

Hable de las bondades y el amor de Jesús. A usted y a mí se nos ha concedido la bendición del habla, que es un talento de gran valor. Debemos usarlo en expresar palabras que aumenten el amor hacia Jesús. Hablemos de su misericordia, de sus palabras llenas de gracia para dar ánimo y consuelo, que traen esperanza, gozo y amor a nuestros corazones... Iluminemos los años que nos queden de vida con palabras que inspiren valor, alegría y esperanza. El 20 enemigo echara su sombra entre Cristo y nuestra alma. Nos tentara a hablar Palabras de duda e incredulidad. Pero cuando pugnen por manifestarse sentimientos desagradables, no les demos expresión. Hablemos de la fe. Hablemos de la gracia de nuestro Señor y Salvador, de su amor y misericordia, de la belleza de su carácter, que resulte a nuestros labios dar prioridad a pensamientos preciosos e inspiradores. (Carta 14, 1900).

La conversión de la lengua.

La lengua es un miembro indisciplinado, pero no debiera ser así. Debiera ser convertida por que el talento del habla es un talento precioso. Cristo está siempre listo a impartir sus riquezas, y nosotros debiéramos atesorar las gemas que provienen de él, para que cuando hablemos, estas gemas salgan de nuestros labios. (6T 173,174)

Un medio para el adelanto del reino.

El habla es un talento, y puede usarse para honrar o deshonrar a Dios. Somos responsables del uso del talento de la palabra... Los talentos del habla, de la memoria, de los recursos, todos deben atesórame para la gloria de Dios, para el avance de su reino (Carta 44, 1900). 21

1 comentario:

  1. Que buena elecciòn del libro para la lectura...me relajè leyèndolo y espero con la ayuda de Dios sirva para mi vida y la profesion que elegi...Gracias! y felicitacione al grupo del ministerio electrònico.
    Narda Alvarez

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